Lo que ocurre cuando no matas las arañas en casa te sorprenderá

2 noviembre 2025

No te asustes… pero la próxima vez que veas una araña en casa, podrías considerar dejarla tranquila. Sí, lo sé, suena a reto difícil, pero ¡déjame convencerte! Lo que ocurre cuando no matas las arañas en casa te sorprenderá… y quizá incluso te saque una sonrisa la próxima vez que una se cruce por el pasillo.

¿Por qué tantas arañas en casa? Tu hogar no es tan hermético como crees

Nuestra idea de que la vivienda es una fortaleza inexpugnable frente al mundo exterior… bueno, te tengo noticias: muchos tipos de arañas logran colarse adentro. Algunas caen atrapadas por accidente, otras solo pasan de visita buscando emociones nuevas o, quién sabe, una esquina templada. Y sí, algunas especies disfrutan tanto tu salón que deciden instalarse a largo plazo, vivir su ciclo de vida ahí y, por supuesto, criar a sus familias.

Pero calma, porque estos habitantes de ocho patas son, en su mayoría, bastante discretos. Las arañas que normalmente encuentras en tu casa no suelen ser agresivas ni peligrosas. Incluso podrían ser consideradas como pequeñas aliadas: se alimentan de parásitos y, algunas, hasta de otras arañas. Así que esa «intrusa» del rincón podría estar ayudando a limpiar la competencia.

Lo que revela la ciencia: casas llenas de arañas, y no pasa nada

Para los curiosos (y los escépticos), ahí va un dato curioso: un grupo de entomólogos (no, no son fans de los bichos, es su trabajo) investigó un total de 50 casas en Carolina del Norte, Estados Unidos. ¿El resultado? Todas, absolutamente todas albergaban arañas.

  • Dos especies comunes: la malmignatte de casas y los falángidos.
  • Ambas construyen telarañas esperando a que caiga alguna presa desprevenida.
  • Los falángidos, inquietos ellos, a veces abandonan sus redes para cazar otras arañas. ¡Imitan el movimiento de una presa y emboscan a sus primas para cenar!

¿Más motivos para verlas con otros ojos? Estas chicas no son quisquillosas: son cazadoras generalistas y se comen todo lo que camine sin ser invitado, especialmente organismos molestos y hasta insectos que contagian enfermedades, como los mosquitos. Algunas especies africanas de saltarinas, por cierto, prefieren los mosquitos bien alimentados de sangre. Como quien elige sushi fresco en vez de cualquier snack.

Miedo, veneno y leyendas urbanas: la realidad sobre las picaduras

¿Te pone nervioso ver una araña? Muy normal. Entre tantas patas y esa fama de venenosas… Pero, aun cuando casi todas tienen veneno, para la enorme mayoría, este es demasiado débil para afectar a los humanos. Sería raro que sus colmillos logren atravesar tu piel.

Incluso entre expertos hay respeto (o pánico). Muchos entomólogos sufren de aracnofobia, aunque algunos valientes la han vencido investigando y conviviendo con ellas. Si ellos pueden superarlo, ¡tú también podrías!

Además, no eres el blanco favorito de las arañas. De hecho, prefieren evitar a los humanos. Nosotros somos mucho más peligrosos para ellas que al revés, y sus mordeduras son realmente poco comunes. ¿Y qué pasa con las especies famosas como la viuda negra o la reclusa parda? Sí, su veneno puede ser potente, pero sus picaduras son excepcionales y rara vez causan problemas graves.

¿Qué hacer si no soportas vivir con una araña?

Si realmente la convivencia es imposible y esa araña en tu casa, departamento o garaje te quita el sueño, no la aplastes: trata de capturarla y liberarla fuera. Encontrará otro sitio que explorar y ambas partes saldrán ganando. Por otro lado, si eres capaz de tolerar su presencia, ni te preocupes: es absolutamente normal tener arañas en casa (incluso aunque no las veas, siguen ahí). Así que la próxima vez que cruces con una, opta por la tolerancia. Ellas ya estaban aquí antes; al final, quizá solo quieras compartir el wifi…

Conclusión: Las arañas forman parte del ecosistema de tu hogar y cumplen un rol valioso. Puede ser difícil cambiar la perspectiva, pero antes de actuar con miedo, recuerda su papel y considera la posibilidad de coexistir. La próxima vez que veas una, dale una oportunidad: ¡tanto tú como ellas podréis vivir más tranquilos!

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