Lo que revela el extraño comportamiento de tu gato cuando usas el ordenador

17 octubre 2025

¿Te resulta familiar ver una cadena de letras como “Fezrzrzerzerzrez” o “gggggggggggg” en la pantalla justo después de que tu gato se acomode sobre el teclado? Si haces teletrabajo y tienes un gato en casa, seguramente sí. Aunque a veces puede ser un poco molesto (¡no te preocupes, no eres el único que reescribe informes que tu minino ha “editado”!), este comportamiento felino es mucho más normal de lo que piensas… y hasta entrañable.

¿Por qué tu gato adora tu espacio de trabajo?

Para entender este fenómeno que tantos hemos vivido, nada mejor que recurrir a la sabiduría de Sonia Paeleman, autora de «Comprendre votre chat: les secrets d’une comportementaliste» y «Ça veut dire quoi quand mon chat fait ça?». Ella lo deja claro: antes de buscar culpables digitales, hay que sumergirse en la mente gatuna y comprender por qué estos peluditos prefieren ciertos lugares más que otros.

Este comportamiento, de hecho, es más antiguo que internet. Escritores famosos, como Colette, relataron cómo sus gatos se instalaban sobre páginas en blanco mucho antes de que existiera el ordenador portátil. Así que tu teclado ha venido a sustituir el lugar preferido del pasado: la hoja en blanco.

Territorialidad, olor y el arte de sentirse en casa

Para un gato, apropiarse de un espacio no es un capricho: es una necesidad vital. La “territorialidad” felina, aunque matizada porque pueden compartir territorio con humanos o con otros gatos, sigue muy presente. Para sentirse a gusto, el gato necesita señalizar su ambiente y tener un cierto control sobre él.

¿Cómo lo logra? Mediante el balizaje, o dicho de forma más sencilla, frotando su cuerpo contra objetos (¡y personas!) para dejar sus marcas olfativas. Gracias a glándulas específicas repartidas en su cuerpo (sudoríparas y sebáceas), el gato disemina moléculas químicas que serán la firma de su presencia. Y la fragancia que más le tranquiliza es… ¡la suya!

Por eso, adora lugares donde puede dejar rastros de sí mismo. Si encima ese “lugar estratégico” es tu escritorio, con sus superficies planas y tus brazos siempre disponibles, el combo es irresistible. El espacio del ordenador se convierte en su zona preferente: es agradable, es territorio a conquistar y ahí se desarrolla su relación contigo.

Más allá del calor: atención, compañía y estrategia felina

Instalarse sobre el teclado es el equivalente peludo a gritar «¡mírame!». Recibe así toda tu atención, lo que para él tiene gran importancia, especialmente si no sale de casa: cuando tú no estás, su vida es bastante monótona. Por eso, cuando llegas y te pones a trabajar, ese rincón se convierte en centro de reuniones.

Para algunos gatos, todo el show no es otra cosa que una petición directa de interacción. Sin creernos que planean grandes estrategias maquiavélicas, muchos han aprendido que, subidos sobre el teclado, llegan las caricias, las palabras amables y algún que otro mimo. ¡Motivación extra para repetir la jugada!

En resumen, no lo hacen para molestarte a propósito. Si los regañas o los apartas abruptamente, para ellos es una experiencia molesta que preferirían evitar. El objetivo es simple: estar bien y compartir contigo. A veces, incluso se han observado gatos sensibles a ondas magnéticas, electrostáticas o eléctricas, quienes marcan con aún más entusiasmo sus lugares favoritos cerca del ordenador. Pero ojo, esto sigue siendo una hipótesis más que una regla absoluta.

De todos modos, la base de todo es sencilla: tu gato quiere estar justo donde pasan las cosas… y donde tú estés.

¿Cómo convivir (en paz) con un minino en «modo teclado»?

Ya que no vamos a dejar de trabajar ni de tener gato (¡y mucho menos de quererlo!), aquí algunos trucos prácticos desde el respeto:

  • Intenta distraerlo con una pelota o un plumero para redirigir su atención. Pero cuidado: si lo que busca es tu atención, obtendrá justo eso y podría insistir aún más en ese hábito…
  • Haz más interesante el entorno fuera de tu escritorio: una pelota, un poste alto, un árbol rascador, cualquier cosa que despierte su curiosidad para explorar nuevos destinos.
  • Si tu gato es persistente y quiere sí o sí estar junto a “su humano”, coloca sobre el escritorio una cesta o una manta que le invite a acomodarse cerca… ¡sin pisar tu teclado!
  • Anímalo a utilizar ese nuevo rincón, pero evita mostrarte culpable por cambiarlo de lugar. Si te disculpas, podrías enviarle un mensaje confuso.

Y sobre todo, recuerda: regañarle no tiene sentido, porque tu gato no hace nada malo. Como tú, solo quiere sentirse bien y compartir espacio. Así que la próxima vez que veas una “logorrea digital” de su autoría, sonríe: es prueba de que eres su sitio favorito… ¡al menos cuando trabajas!

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