“Voy a cambiar el país”: Rafael López Aliaga, el polémico ‘Porky’ de Lima, entra en la carrera presidencial de Perú en medio de dudas, promesas y mucho ruido
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De alcalde de Lima a aspirante presidencial: el salto de López Aliaga
Rafael López Aliaga, figura conocida tanto por su militancia ultraderechista como por su apodo “Porky”—sí, como el cerdito de los dibujos animados, aunque a él no parezca molestarle el mote—, ha confirmado que renunciará a la alcaldía de Lima para postularse a la presidencia de Perú en las elecciones de abril de 2026. Su anuncio llega apenas días después de que el Congreso destituyera a Dina Boluarte, la última presidenta caída de una larga lista en la inestable política peruana.
Este católico devoto, que asegura practicar el celibato (algo inusual en la fauna política latinoamericana), no es precisamente una figura apacible. Al contrario, López Aliaga se ha forjado una reputación de político agresivo y directo, acostumbrado a las declaraciones polémicas y a rodearse de aliados de tendencias similares. No en vano, a comienzos de mes organizó en Lima un acto en memoria del activista conservador estadounidense Charlie Kirk y ha buscado alinear su imagen con figuras tan conocidas como Donald Trump.
Un tablero político abarrotado… ¿y conservador?
Que nadie piense que esta carrera presidencial será sencilla. López Aliaga, de 64 años, lidera actualmente las encuestas con cerca del 10% de apoyo. Puede parecer un inicio prometedor, pero en Perú los favoritos tienen una tendencia misteriosa a desinflarse en el camino, y más aún cuando el campo está formado por más de 30 posibles candidatos. Para añadirle sal a la herida, casi la mitad del electorado sigue indeciso, lo que convierte la elección en un terreno de batalla tan abierto como el cañón del Colca.
En la anterior elección presidencial, allá por 2021, López Aliaga quedó a las puertas de la segunda vuelta; terminó en tercer lugar mientras Pedro Castillo se llevó la presidencia, solo para ser destituido menos de dos años después por intentar disolver el Congreso. ¿Lecciones aprendidas? Quizás. Lo llamativo ahora es que tras la caída de Dina Boluarte, hoy no hay candidatos de izquierda destacando entre los principales aspirantes; el menú político parece inclinarse decididamente hacia la derecha.
No está solo en este nuevo pulso: César Acuña, gobernador de La Libertad y también ex candidato presidencial de derecha, ha anunciado su renuncia para intentar nuevamente conquistar el sillón presidencial. Eso sí, ambos deberán pasar por sendos procesos internos en sus partidos para oficializar sus campañas.
Poderoso, polémico e incorregible: las armas de ‘Porky’
López Aliaga no es ningún novato en lo de amasar fortuna. Antes de repartirse discursos, fue empresario del mundo de los hoteles y trenes de lujo, lo que se tradujo en una billetera abultada. Sus partidarios aplauden su empeño en reducir la burocracia estatal, aunque sus críticos sostienen que, más que eficacia, su estilo bordea lo antidemocrático e incluso al margen de la ley.
Un ejemplo palpable fue su cruzada por anular un contrato de peajes que, según él, fue obtenido gracias a la corrupción y termina perjudicando a los más pobres. El acuerdo, gestionado por una filial de Brookfield Asset Management (Rutas de Lima), está envuelto en controversia. Tras la decisión de disolver la filial por la caída insostenible en sus ingresos, López Aliaga lo celebró como un “día de celebración”. Esto, claro, no ha salido gratis: Brookfield ha llevado al país a un arbitraje internacional reclamando 2.700 millones de dólares en daños. López Aliaga tampoco ha querido pagar otros 200 millones correspondientes a laudos arbitrales desfavorables. ¿Honor a la palabra o rebeldía política? El debate sigue abierto.
Un admirador de Bukele… y de Trump
No se puede negar que a López Aliaga le agradan los líderes de mano dura. Ha elogiado abiertamente las políticas anticrimen del presidente salvadoreño Nayib Bukele hasta el punto de proponer que los presos peruanos cumplan condena en el país centroamericano. Como ferviente partidario de Trump—quien ha mostrado recientemente interés en el pleito legal entre Perú y Brookfield—, López Aliaga proyecta una imagen internacional que no deja indiferente.
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La tensión en torno a su figura no es solo política: la semana pasada, la policía detuvo a tres personas acusadas de planear un atentado contra él. Según las autoridades, al menos uno portaba un arma de fuego y otro una granada. Si la campaña presidencial de por sí ya es encendida, la seguridad sumará más leña al fuego.
¿Qué sigue para el Perú? Con un centro político prácticamente vacío y los protagonistas de la izquierda fuera del radar, Perú se prepara para unas elecciones tan imprevisibles como siempre. Mientras tanto, López Aliaga apuesta todo al estilo Porky: directo, desafiante y, según sus propias palabras, listo para “cambiar el país”. Ahora bien, como suele pasar con las mejores películas animadas, la trama apenas comienza… y nadie sabe realmente cómo terminará.
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Carlos Tafur es periodista formado en la PUCP, con experiencia en redacciones digitales donde aprendió a ir siempre tras la noticia que impacta. En Diario Satélite, lidera contenidos de hot news, finanzas personales, tendencias virales y hechos insólitos. Su estilo directo y su olfato periodístico lo convierten en una voz clave para entender lo que está pasando ahora mismo, ya sea un escándalo político, un dato económico inesperado o una historia tan increíble como real.