Escribe: Gustavo Rojas

En su casa de alquiler, donde ha convertido la sala en una mezcla de teatro íntimo y set de cine, el actor más premiado del cine peruano, Fernando Bacilio Sigüenza, recibe la noticia que el Festival de Cine de Trujillo lo va a homenajear. Mira al vacío, se rasca la cabeza, piensa y él mismo se responde: “¡Claro, es la primera vez que voy a recibir un homenaje en mi país!”.

Su camino por el séptimo arte le llegó como un “accidente”. Antes que filmara “El Mudo” (2013), la película de los hermanos Vega, que lo catapultó con cinco galardones internacionales como Mejor Actor, aventajando distancia con las figuras más conocidas del cine peruano, Bacilio vivió otros breves pasos por la pantalla grande.

LOS PININOS

En febrero de 1996, Fernando Bacilio -que, por ese entonces, actuaba junto al actor Antonio Salinas en la obra teatral “Pedro y el capitán”- pasó casting en un salón de la Escuela Superior de Arte Dramático “Virgilio Rodríguez Nache” – Esadt (donde ambos son maestros) para la productora que iba a rodar la nueva película de Francisco Lombardi. Finalmente, tanta ilusión para nada porque nunca fue llamado. Se trataba de “Bajo la piel”, que se filmó en Pacasmayo.

Ocho años después, el entonces joven comunicador social, Hugo Valdez, convocó a Fernando Bacilio para rodar en Santo Domingo (Laredo) el cortometraje En el vientre de la noche. Esta vez no había casting. Todo fue apelando a la buena fe de la experiencia de su actuación y el trato de la producción. Era el debut protagónico del actor trujillano en la pantalla, que lo compartió con la basta experiencia de Sergio Galiani, quien fue invitado para actuar como antagonista porque ya era conocido en la pantalla nacional.

Desde el 2004 hasta el 2013, Fernando Bacilio apareció muy breve en las películas “Los actores” y “Chicama”, del director Omar Forero; “La huerta perdida” de Bruno Ortiz. No recuerda con exactitud y tampoco hay registros sobre dos comerciales en lo que asegura que también participó por ese bloque de años.

EL MUDO

Cuando en una mañana de aquel agosto del 2013 saltaba en su cama de la emoción, luego de recibir la noticia que el Festival Locarno (Suiza) le había otorgado el premio a Mejor Actor por la película “El mudo”, Fernando Bacilio recién se lo estaba creyendo que todo era real. Porque no sucedió lo mismo al inicio cuando lo invitaron a que pase el casting. 

Un año antes, la actriz, maestra de la Esadt, y directora de la compañía teatral “Máscara de Barro”, Sonia Rodríguez, llamó con insistencia a Fernando Bacilio para que pase casting con un cazador de talento que había llegado de Lima para un comercial de PromPerú. Incrédulo con estos procesos, se negó a participar. Ante tal insistencia, accedió. Ese fue el gran salto para el trujillano. Cocotito, como lo conocen en el mundo de las producciones a Jorge Luis Tito Villafuerte, se quedó impresionado con la actuación de Bacilio y días después le reveló que lo habían elegido para hacer el personaje principal en el audiovisual que tenía que ver con la cultura Chimú. “No puedo”, le dijo el actor. “Me acaban de operar del peroné. Lo siento”, le reveló y se puso a llorar en la sala de observación porque echaba a perder esa oportunidad tan solo por un inoportuno accidente que había tenido hace poco.

Unos meses después, Cocotito volvió a contactarse con el actor trujillano. Esta vez era para contarle que los hermanos Vega, quienes habían debutado con la película “Octubre” y con la cual lograron que aparezca en el Festival de Cannes 2010, estaban interesados en Fernando Bacilio para su segunda película: “El mudo”.

Este largometraje, con la que Bacilio debutaba en el cine como protagonista, logró cinco premios como Mejor Actor en el Festival Locarno (Suiza, 2013), en Festival Minsk (Bielorrusia, 2013) en el Festival de Buenos Aires (Argentina, 2014), en el Festival Cartagena (Colombia, 2014), en el Festival Unasur (Argentina, 2014). Han pasado 10 años, y ningún otro actor del Perú ha logrado romper este récord. El trujillano mantiene vigente estos laureles, y, al cumplirse una década, recién su país se acuerda de rendirle homenaje.

PLATA, NO PAPELES

Durante todo este tiempo, Fernando Bacilio confiesa que ni el Ministerio de Cultura, ni la Esadt, ni otra entidad institucional nacional le ha brindado un homenaje a su valiosa trayectoria ante los ojos del mundo. Recuerda, con los ojos remojados producto de la nostalgia, que Carlos Cieza, el director de la compañía teatral “Teseo y Minotauro”, en donde Bacilio participó en dos obras teatrales cuando recién se iniciaba en la actuación, le prometió en brindarle un homenaje en el Teatro Municipal. Lamentablemente, con su partida, se incumplió esta promesa.

Con todo esto, Bacilio confiesa que siente mucha ilusión por lo que pueda suceder en la mañana del próximo lunes 14 en el auditorio de la Dirección Desconcentrada de Cultura (jirón Independencia 572), donde los organizadores del Festival de Cine de Trujillo tienen la valla alta de brindarle por primera vez un honesto homenaje y no un saludo a la bandera de improvisación y a última hora, como lamentablemente se observa desde el retraso de la conferencia de prensa. “Es una pena -dice el multipremiado actor nacional- que, a falta de una semana, me comuniquen esto y no los vea organizados. Ojalá haya sido al primero que tuvieron en la mente cuando se trataba de homenajearme”, dice el actor afuera del teatrín INC, donde el artista William López salta una risible anécdota: “Cuando al maestro pintor Pedro Azabache le invitaron dos políticos al Congreso para homenajearle, lo rechazó y les dijo: No me den papeles, denme plata”. Fernando lo suscribe.

Este es un caso del retrato de la indiferencia del país con su cultura viviente. Desde entonces, Fernando Bacilio ha destacado en “La Pampa” y “Tiempos Futuros”, las dos únicas películas peruanas seleccionadas para la competencia del Festival de Cine de Lima del 2022 frente a las demás extranjeras, en las que -por curiosidades de la vida- el trujillano hacía el rol protagónico en ambas. Muy satisfecho también quedó con “Un mundo para Julius” (2021), donde hace el papel secundario del mayordomo Celso. Tiene 5 películas en espera de estreno, dos de ellas filmadas en Ecuador.

La lista se extiende cuando se trata de hablar de los cortometrajes en los que ha participado Fernando Bacilio. Recuerda mucho “El nido” (2020) por su temática, Encuentro en el bar (2014), “La chamba” (2016), Barco de papel (2020), “El regreso del degollador” (2021), Kanagawua (2022), “La petición de Augusto” (2023), y entre otras más. 

Muchas participaciones y recuerdos más, exclusivamente, vinculadas al cine quedan pendientes. Solo un bonus track: Una de las hazañas más remotas del Festival de Cine de Trujillo ocurrió en el 2005 cuando la revista de cine peruano ESCENA7 realizó el Encuentro de Cine de Trujillo, con la participación del recordado Aristóteles Picho y Fernando Bacilio. En otro capítulo se debe homenajear sobre su trayectoria en el teatro porque este “mudo” ya venía hablando mucho antes y en el silencio de su humildad que lo caracteriza. Larga vida para el premio Locarno que lo tenemos vivo en Trujillo.