En la madrugada del jueves 11 de julio, la mina Poderosa, ubicada en la Rampa 0120 del Nivel 2820, fue escenario de un violento asalto perpetrado por un grupo armado. Los delincuentes, provistos de armas de guerra, abrieron fuego contra los agentes de seguridad de la empresa, hiriendo a tres de ellos por esquirlas y secuestrando a uno más, quien fue retenido durante seis horas antes de ser liberado.

Los heridos fueron trasladados de inmediato a clínicas en Trujillo, donde reciben atención médica adecuada y se encuentran en proceso de recuperación. Mientras tanto, los atacantes mantienen el control absoluto sobre el Nivel 2820, bloqueando cualquier acceso tanto para el personal de la minera como para sus contratistas, lo que representa un grave riesgo para la seguridad de todos los involucrados.

Estos hechos, inmediatamente reportados a las autoridades, se suscitan a pesar de que Pataz se encuentra bajo estado de emergencia y se cuenta con un importante contingente de las fuerzas del orden en la zona.  

Este incidente se suma a una serie de eventos violentos que ha enfrentado Minera Poderosa en los últimos meses. En diciembre pasado, nueve trabajadores perdieron la vida en otro ataque perpetrado por mineros ilegales, marcando un precedente trágico para la empresa y la comunidad minera.

La situación actual es aún más preocupante debido a la suspensión de las operaciones de interdicción de las bocaminas ilegales en la zona, medida que ha permitido a los ilegales tomar el control de al menos veinticinco galerías subterráneas. Esto no solo compromete la seguridad de las operaciones mineras, sino que también afecta negativamente la estabilidad laboral y económica de la región.

Bajo el amparo del REINFO, se continúa transportando mineral ilícito desde las concesiones de Poderosa hacia plantas de beneficio en la costa, alimentando así el mercado negro y fomentando el crimen organizado en la región.

La empresa hace un llamado urgente a las autoridades competentes para que reanuden las operaciones de interdicción y refuercen la seguridad en la zona, con el objetivo de prevenir futuros actos de violencia y asegurar un ambiente de trabajo seguro para todos sus colaboradores.

Este lamentable incidente subraya la necesidad de medidas firmes y efectivas para combatir la minería ilegal en Perú, protegiendo no solo los intereses económicos de las empresas, sino también la vida y seguridad de los trabajadores mineros y las comunidades circundantes.